20 nov 2006

albedrío

Mirar por la ventana, mirar golondrinas, nubes, cafetales. Saber que ya es tiempo. Haber vivido con una aspiración que ahora simplemente se ve a la distancia, como las nubes o las golondrinas: vuelan, giran, las veo pero no son mías, nunca han sido mías.

El deseo también se fuga como un ladrón cualquiera. Y dichosamente lo hace, pues ¿quién sería uno, raptado por sí mismo?

La mañana nublada. Las nubes son espejos... El famoso libre albedrío.

Es decir, la esperanza tampoco se destruye. Evoluciona.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y se piensa que el libre albedrío es para escaparnos de lo que nos imponen los demás... creo que más aún para escaparnos de nosotros mismos, nuestras propias prisiones.
Será que en sí el cielo es un espejo?

pezenseco dijo...

Me encanta como lo dijiste , Ana, también creo que uno se pasa la vida encerrando a sí mismo, aun si a veces (o la mayoría) no se da uno cuenta...