9 ago 2006

sapiens

Relacionarse solo con los iguales o muy parecidos es uno de los signos más claros, creo, de cobardía y estupidez. Siempre he tenido la impresión de que la inteligencia sólo puede desarrollarse si anda cerca de la diversidad. (Y me refiero tanto a la inteligencia moral como a la intelectual etc.)

Por supuesto, a muchos no les interesa la inteligencia, y otros no pueden siquiera darse cuenta de las diferencias entre la inteligencia y la falta de ella.

Creo que la inteligencia, para serlo, no puede ser ni sólo intelectual ni solo moral, sino su justo encuentro. (Ojo: me refiero a "moral" casi como algo contrario a "moralista", es decir, a todo lo que tiene que ver con las relaciones entre personas independientemente del saber -verdades, prejuicios, costumbres, etc.- de unas u otras.)

En todo caso: que la racionalidad debiera servir para algo más que para sumar y restar y hacer cohetes y trasplantar hígados. Si la racionalidad no encuentra eventualmente la manera de pacificar al depredador que llevamos aún dentro, ¿tendríamos derecho de seguir llamándonos sapiens sapiens, seres inteligentes? Parece que en general seguimos siendo animales salvajes, sólo que ahora tenemos misiles y avioncitos de guerra. Al menos los otros animales, los de verdad, son más honorables: usan solo sus patas, garras, dientes, y su mirada temeraria o intimidante, o sus olores virulentos o sus estrategias de mímesis… En fin, que matan porque tienen que matar y no por crueldad o megalomanía.

Simplemente me llegó este post de golpe tras ver este de Mariposa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con vos. Y no sólo relacionarse con gente distinta en todo sentido, sino leer pensamientos divergentes que reten al intelecto en lugar de acomodadizos textos que a propósito y no por casualida calzan con lo que yo estaba pensando. :-). Saludos a la Lu.

Ana dijo...

Creo que el miedo a la diversidad es más el miedo al descubrir que no son tan buenas personas como creían ser, que hay otros más inteligentes y más honestos, más capaces y más seguros de sí mismos. El otro puede ser el espejo más cruel para muchos. Es más fácil estar entre los iguales que hasta pueden hacerlos ver mejor.

Humo en tus ojos dijo...

Claro, el otro, el diverso y su espejo ponen en evidencia la fealtad y la deformidad que llevamos, así que ha quedado muy cómodo quedarnos con un único espejo... y despreciar por su falta de 'raciocinio' ese espejo que propone Ale... mirarnos en el espejo animal
(¿y el el reflejo que nos devuelva, quienes terminan siendo la bestia??? ¿las bestias o los seres humanos racionales?)