13 jul 2006

zidane

Zidane siempre fue mago y tenía que serlo hasta en la manera de terminar su historia con la selección francesa. Un amigo mío lo puso muy claro: podría haber escupido a Materazzi, o haberle dado un empujón, pero no, su represalia la ejecutó con creatividad y elegancia, cabezazo al pecho, como un carnero...
Lástima que en los medios lo de Zidane se haya convertido en una manera más de poner en evidencia el morbo y la obsesión que se tiene con y por la violencia física, ostensible, y en cambio la especie de permisiva inexistencia que goza la violencia solapada, o sólo verbal (todo lo que no puede aparecer en TV), como si la violencia que no se ve no fuera tan real (o más) que la que sí se ve... Pero es al revés: la violencia, cuando no se ve, y precisamente porque no se ve, es más tenebrosa que cualquier otro golpe o estallido manifiesto.
Por eso, aunque no sepamos qué le habrá dicho Materazzi a Z., yo le apuesto a que, por mucho, fue más violento que el golpe de Zidane...
En todo caso, el mundial parece haber premiado otra vez el mal fútbol.
Y Zidane sigue siendo el mago, aunque ahora sepamos que es, además, un simple animal humano.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

el mejor comentario que he leído respecto a ese incidente.

saludos.

Anónimo dijo...

Tenés razón, la violencia invisible es más escalofriante.

Anónimo dijo...

En general la vida tiende a premiar el mal ______ así como el mundial premió el mal futbol.

Y si no fuera un animal humano, ¿podría ser mago?

Luis Chaves dijo...

fue lo mejor que le pasó a un mundial mediocre que ganó un equipo mediocre. un carrera como la de zidane se termina con un elegante cabezazo a un fascista y no levantando la copa de una organización también fascista.