23 jun 2006

sueño

El sueño me habita, como a una casa llena de muertos. Pero entiéndase: es sueño de dormir y no de hacerse el héroe o la noticia. Es un sueño triste, o resignado, y simple: uno sin despertador ni apuros innecesarios.

Es que de todos los sueños que he intentado, sólo he podido ser competente en este: dormir como si los muertos no asustaran.

De todos modos en la muerte, dicen, todos somos iguales.
Obviamente no es cierto: sólo son iguales los muertos que los vivos recuerdan.

3 comentarios:

Ana dijo...

He oído decir que los muertos que son menos recordados son los más libres, nada los ata a los vivos.

Humo en tus ojos dijo...

A mí con esta lluvia, creo que me habita ese mismo sueño.
De los muertos... pues qué sabremos... con lo que cuesta entrevistarlos solo podemos suponerles!

pezenseco dijo...

ANA: Atrae mucho esa idea de ser libre en la muerte, o muerto más bien...

HUMO: Te cito de Rilke: "Desde mi infancia me ha parecido siempre raro que los hombres hablaran de la muerte de forma diversa a como lo hacen con todos los demás sucesos, y esto sólo es debido a que nadie puede conocer lo que ocurre después. (...) Preciso es entonces que se mantenga uno apartado en un silencio inabordable, y acaso sean los muertos, justamente, quienes se han retirado a reflexionar sobre la vida."