Las manos reposan, por fin, extenuadas. Han hecho todo lo que han podido. Han soñado por años, y no han querido que el sueño fuese sólo sueño, es decir, han sido de verdad manos que manipulan y sudan y forcejean, y a veces se han hecho palmas que saludan y miman, y a veces puños que golpean y se golpean. Pero ya no más. Ahora reposan, por fin, extenuadas. El sueño sigue siendo sueño, pero ha sido trabajado, y del futuro desbastado va emergiendo una silueta, un boceto, como cuando empezamos a distinguir, al acercarnos, una figura que mientras la veíamos de lejos confundíamos por otra. Ahora la silueta ya casi está al alcance de la mano que reposa, quietísima, anhelante, a la espera.
11 may 2006
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1 comentario:
Manos que han sido protagonistas y no sólo espectadoras. Era eso lo que estaba pensando y no me había dado cuenta.
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