3 feb 2010

Dos recomendaciones de lectura y algunos apuntes políticos

Acabo de leer un par de artículos que, indirectamente, he situado (o me han situado) en el contexto electoral actual que vive Costa Rica. Los textos son estos:

1/
“Easy = True” (
de Drake Bennett, en The Boston Globe)

El texto habla acerca de algo llamado “fluidez cognitiva” y de algo que podríamos llamar “industria de la persuasión”, ese ámbito de estrategias útiles para publicistas y directores de campañas políticas, por ejemplo. Algunos pasajes:

Cognitive fluency is simply a measure of how easy it is to think about something, and it turns out that people prefer things that are easy to think about to those that are hard. (...)

Psychologists have determined, for example, that shares in companies with easy-to-pronounce names do indeed significantly outperform those with hard-to-pronounce names. Other studies have shown that when presenting people with a factual statement, manipulations that make the statement easier to mentally process - even totally nonsubstantive changes like writing it in a cleaner font or making it rhyme or simply repeating it - can alter people’s judgment of the truth of the statement, along with their evaluation of the intelligence of the statement’s author and their confidence in their own judgments and abilities. Similar manipulations can get subjects to be more forgiving, more adventurous, and more open about their personal shortcomings.

Because it shapes our thinking in so many ways, fluency is implicated in decisions about everything from the products we buy to the people we find attractive to the candidates we vote for - in short, in any situation where we weigh information. (...)

The persuasive power of repetition, clarity, and simplicity is something that people who set out to win others’ trust - marketers, political candidates, speechwriters, suitors, and teachers - already have an intuitive sense of if they’re good at what they do. What the fluency research is showing is just how profound the effect can be, and just how it works...
Texto completo

En cualquier ambiente electoral es obvia, por ejemplo, la importancia de hablar claramente y de explicar ideas en términos familiares; también son importantes el diseño gráfico y la estética general de la campaña; así como la formulación de propuestas fáciles de comprender y con las cuales puedan identificarse las personas.

En el caso presente de Costa Rica, a mi juicio la campaña de doña Laura Chinchilla ha pecado de vaguedad y falta de compromisos claros; en distintas entrevistas, doña Laura ha dicho que no puede comprometerse con X o Y, que acerca de tal o cual tema tendrá que ver en su momento, y que habrá que dialogar sobre esto o aquello... Dialogar está muy bien, es imprescindible, pero para hacerlo todas las partes deben mostrar sus cartas. Ella en cambio parece esconder algunas de las suyas, como si estuviéramos en un juego de póquer. Gente que la conoce ha dicho, incluso, que ella en general es poco expresiva sobre lo que piensa y que, en cambio, tiende a ser enigmática.

Este tipo de formas o fórmulas de expresión confunde y desanima a quienes, entre el electorado, preferimos oír propuestas concretas, opiniones firmes, argumentos claramente desarrollados. Es posible que ella sea firme cuando toma decisiones, tal como dice su campaña, pero no defiende firmemente lo que piensa acerca de muchos temas, pues ni siquiera lo expresa. Todo esto me hace pensar que, o se ha cuidado demasiado, en un esfuerzo por no caerle mal a nadie; o verdaderamente no sabe lo que piensa y cree. Intuyo que es lo primero, en cuyo caso más bien termina por caerle mal a muchos, pues esa actitud supone sacrificar, para llegar a la casa presidencial, la transparencia que predica. Así, su campaña queda apoyada en el peso que arrastra el nombre “PLN” y en la figura de Óscar Arias.

Se entiende así el epíteto de “marioneta”, que algunos le han asignado. Personalmente, no creo que sea marioneta de nadie, para ello tendría que ser doña Laura bastante tonta, y en nada me lo parece. En cambio, me parece más verosímil que ella comparta muchas de esas ideas que supuestamente le dictan desde otra parte.

Por otro lado, un triunfo del PLN supondría además otro empujón (como si le hiciera falta) a la concentración de poder político-económico que se ha venido gestando en CR desde años. El PLN está (mal) acostumbrado a estar en posiciones de gobierno, y la costumbre, lo sabemos todos en nuestra vida cotidiana, desgasta, debilita, aburre, tienta a tomar decisiones irreflexivas, envicia a cualquiera... Un cambio, efectivamente, parece urgente y necesario.

Pero ese cambio no creo que pudiera provenir de quienes más lo han predicado en esta campaña: el Movimiento Libertario. Tal vez el repunte que hasta hoy o ayer han mostrado en las encuestas se deba a la sencillez de su tema “único”, públicamente asumido: “seguridad”, “delincuencia”, expresado en términos efectivamente familiares. La gente se identifica. El asunto seduce. En esto, efectivamente, han sabido “llegarle” a la gente.

Pero también ellos han pecado de confusión: después de todos los debates y entrevistas, no se sabe bien cuáles son los principios que hoy en día defiende su líder político. A mí no me parece nada terrible que él haya cambiado de opinión sobre muchas cosas con el paso del tiempo, todos lo hacemos; pero sí me incomoda que no haya sido claro en qué ha cambiado, cuánto, cómo y por qué; en qué sigue siendo “libertario” y en qué no, etc. Don Otto no ha sabido aclarar estas dudas y, antes que tener claras él mismo estas cosas, da a pensar que está dispuesto a variar sus opiniones no por convicción (lo cual sería enteramente aceptable) sino por oportunismo: díganme qué tengo que “creer” para llegar al poder y eso es lo que diré que creo.

Por otra parte, don Otto habla sobremanera de negociar y de resolver conflictos (fue su tema de maestría en Harvard), pero en los debates ha demostrado más bien un talante enojadizo, una actitud más o menos infantil de recurrir al berreo y al berrinche, y ha desviado así la discusión de las ideas, propuestas y argumentos, a las acusaciones ad hominem. Su partido, además, da la impresión de carecer de una estructura sólida, sus propios partidarios tampoco parecen tener claro qué es lo que defienden y por qué (o será que están también ellos confundidos por las derivas de su líder...)

Una organización sin centro, sin un líder resoluto, sin ideas bien definidas y de una estructura “floja” y fragmentada, está bien para cierto tipo de emprendimientos, incluso de empresas o de algunos tipos de comunidades; pero no creo que un país –tal como se entiende y se vive hoy en día un “país”– esté preparado aún para ese salto en la manera de organizar las cosas y de relacionar a las personas entre sí y con el Estado.

La campaña del Partido Acción Ciudadana ha sido sencilla, de palabras claras y pesadas como “corrupción”, “despilfarro”, “desorganización” de las instituciones estatales; y también su líder ha sido claro acerca de su pensamiento y es, en mi opinión, quien mejor ha expresado ideas y propuestas y las ha sustentado. Por ejemplo, se agradece el análisis, en prácticamente todos los casos, acerca de la procedencia de los fondos para financiar tal o cual propuesta.

En claridad y sensatez, ningún otro partido supera al PAC. Podemos no estar de acuerdo con algunas o muchas de sus ideas, podemos no tener en muy alta estima la palmaria obstinación de don Ottón en diferentes ocasiones, podemos incluso sentir repugnancia ante algunas afirmaciones suyas (por ejemplo decir que lo que hace falta en Costa Rica es “más Biblia”); pero en un asalto repentino de racionalidad podemos también pensar que la elección de un presidente y de un partido no tiene por qué ser algo personal, visceral, asumido con el hígado, y entonces pensar que, si bien no podemos saber si el PAC sería capaz de cumplir su programa, ni saber si su estructura ejecutiva soportará las promesas realizadas, ni saber si sus proyectos serán verdaderamente lo mejor para el país, sí podemos ver y comprender que el suyo es el programa que mejor pensado parece.

Además, organizar de manera eficiente los fondos del estado y eliminar la superfluidad en el gasto, así como la gran promesa de atacar sin miramientos la corrupción en la función pública, ya solo eso merece una oportunidad. Es una apuesta, claro está, pero en este ámbito, ¿qué no lo es? Don Otto Guevara dijo varias veces que a él no se le podía juzgar por tal o cual conducta o hecho típicos de los políticos y los partidos que han gobernado este país en las últimas décadas, sencillamente porque él nunca ha gobernado. Tiene razón, pero lo mismo vale para el PAC y Ottón Solís.

2/
El segundo texto que me llamó la atención en mis dispersas lecturas diarias es uno de Peter Sloterdijk: “The Grasping Hand” (en City Journal). Esta es la tesis interesante del artículo: En los estados democráticos modernos, el máximo depredador de sus ciudadanos productivos ha sido el estado mismo...

Según Sloterdijk, Europa, por ejemplo, no vive una época ni un sistema capitalistas, sino “semisocialistas”.

The modern democratic state gradually transformed into the debtor state, within the space of a century metastasizing into a colossal monster—one that breathes and spits out money.

This metamorphosis has resulted, above all, from a prodigious enlargement of the tax base—most notably, with the introduction of the progressive income tax. This tax is the functional equivalent of socialist expropriation.

En lugar de un imperio capitalista de libre mercado, la carga impositiva sobre los ciudadanos productivos ha convertido a los estados europeos ricos en una especie de monstruos cleptómanos que saquean a sus propios ciudadanos:

Today, a finance minister is a Robin Hood who has sworn a constitutional oath.

En estos estados democráticos, ricos y modernos, el sentido de “explotación” se ha invertido:

Free-market authors have also shown how the current situation turns the traditional meaning of exploitation upside down. In an earlier day, the rich lived at the expense of the poor, directly and unequivocally; in a modern economy, unproductive citizens increasingly live at the expense of productive ones—though in an equivocal way, since they are told, and believe, that they are disadvantaged and deserve more still. Today, in fact, a good half of the population of every modern nation is made up of people with little or no income, who are exempt from taxes and live, to a large extent, off the other half of the population, which pays taxes.
Texto completo de Sloterdijk

Su conclusión es que la crisis europea apenas comienza: El futuro ya ha sido saqueado por el presente.

Esto puede tener sentido en el contexto europeo (aunque es discutible), pero la pregunta es entonces qué hacemos los países que no hemos alcanzado aún esa etapa de desarrollo. Es decir, en los cuales todavía la “explotación” tiene el sentido típico de “ricos que viven a expensas de los pobres”. ¿Habríamos de seguir el ejemplo europeo? ¿Aumentar nuestra riqueza aumentando los impuestos? ¿Hacer una mejor recolección, sin aumentar los ya existentes? ¿Hacer grandes obras estatales, o darlas en concesión? ¿O apostar a un mercado verdaderamente libre, que no ha existido aún? ¿O seguir alternativas incómodas del tipo ALBA? ¿O deberíamos esforzarnos por inventar alguna vía sui generis?

El ejemplo europeo implica aumentar considerablemente la carga fiscal. Pero, ¿sería entonces inevitable tender hacia el escenario indicado por Sloterdijk: empezaríamos a depredar o saquear a las capas productivas de la sociedad sin al mismo tiempo eliminar las capas improductivas, como en Europa, conformándose con mantenerlas en niveles de vida (ligeramente) más dignos? ¿No sería más inteligente encontrar otras vías para aumentar y distribuir la riqueza? ¿Cuáles? ¿Un mercado libre y justo de verdad? ¿Cómo?

Obviamente no tengo respuestas para estas preguntas, y ni siquiera he digerido bien el texto de Sloterdijk como para tener ya una opinión bien formada. Pero son preguntas que me hago porque me parecen decisivas. Parte del asunto político es que las sociedades en conjunto se planteen ese tipo de preguntas difíciles y debatan sus posibles respuestas. La dificultad, claro, empieza por cómo entender el “conjunto”. Pero está claro que el proceso debe ser lo más inclusivo o abarcador posible. Y empieza a serlo cuando se hace a pequeña escala en todas partes a la vez, es decir, cuando empezamos por no esperar a que lo emprendan solo los políticos o los “expertos”, cuando empezamos a hacerlo en las familias, entre amigos, en las producciones culturales e intelectuales. Porque así empezamos a entrenarnos para la tolerancia. En Costa Rica, a pesar de las apariencias, no somos tolerantes. Eso explica por qué a tantas personas les da miedo expresar lo que verdaderamente piensan: saben que al instante empezarán los insultos, los juicios de valor, la desacreditación, el menosprecio... Creo que los ticos, en promedio, somos principiantes en el arte de debatir y respetar y, por eso, creemos que gana el que más grita o quien insulta mejor y con más alcance a los demás. Es un vicio con graves consecuencias.

Una de ellas es que mucha gente muy capacitada y sensata prefiere no ingresar en la política formal, pues no tiene estómago para la ampliación de ese infiernillo cotidiano de intolerancia y violencia verbal que aquella entraña. Y entonces dejamos que la política se reduzca a lo que hacen los políticos "profesionales". Pero cuando se les deja el asunto político a los políticos, la polis difícilmente alcanzará un rumbo común, carente de grandes conflictos...

Aquí los ciudadanos somos los actores, y a veces no lo queremos ser, pero lo somos igual. Y nuestra película puede tener un director, incluso un guión, pero el guión no debe ser leído como un programa informático que determinará los movimientos de unos actores robotizados, sino una guía, un bosquejo, un esquema que debe estar siempre sujeto a cambios.

Lo mejor del futuro es que no se puede escribir (ni prescribir) de antemano. Y todo empieza por las acciones que los ciudadanos tomemos en el presente. Por ejemplo, la de hablar y discutir y comentar con familiares y allegados y, de manera inmediata, votar el próximo domingo.


>>> más sobre Peter Sloterdijk:

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19 ene 2010

evolución de la compasión

Robert Wright es autor de varios libros recientes que han sido muy premiados, comentados y discutidos, lo cual indica su importancia:

(1994) The Moral Animal

(2001) Nonzero: The Logic of Human Destiny

(2009) The Evolution of God

En temas como moralidad (desde una perspectiva biológica), evolución, historia y futuro de la humanidad, compasión, historia y futuro de las religiones, etc., lo considero un autor insoslayable, con argumentos claros y sugerentes.

En mi más reciente colaboración para TED traduje una charla suya acerca de la evolución de la compasión. Los invito a escucharlo y, más aún, a leer sus libros.



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10 dic 2009

para construir un mundo mejor

En mi más reciente colaboración con TED, edité la traducción al español (realizada por Eduardo Flores Mendoza) de la charla de Jamais Cascio acerca de algunas herramientas para construir un mundo mejor. Estas herramientas o medios no son ideas o proyectos o posibilidades por venir, son en buena medida tecnologías que ya están disponibles; lo fundamental, para él, es saber cómo usarlas, lo cual implica tomar ciertas decisiones individuales e institucionales.

Aparte de escuchar la charla, y para tener una mejor idea del tipo de trabajo y de proyectos de Jamais Cascio y otras personas como él, lo mejor es visitar y navegar el sitio (y la organización) de la cual es cofundador: WorldChanging.

La tecnología, en términos generales, no es enemiga del medio ambiente. Gracias a avances tecnológicos y a un tipo de pensamiento enfocado en encontrar soluciones innovadoras con medios ya existentes o próximos a existir, el "estilo" de WorldChanging enseña cómo alejarse del pesimismo o apocalipticismo tan típico en otros sectores de lucha ambiental y centrarse más bien en soluciones viables y, potencialmente, capaces de transformar el mundo de maneras accesibles. En WorldChanging lo dicen así:

We cover the world’s most innovative solutions to the planet’s problems, and inspire readers around the world with stories of new tools, models and ideas for building a bright green future.

(...)

In the five years since its founding, Worldchanging has produced more than 10,000 visionary articles and one bestselling book. and has become a go-to source for forward thinking, solutions-based journalism that takes a big-picture approach to sustainability.

(+ About WorldChanging)

La charla de Jamais Cascio en TED:



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3 dic 2009

El cuento de uno mismo

La Editorial de la Universidad de Costa Rica acaba de publicar mi libro El cuento de uno mismo. Escripunturas (2003-2006) y otros textos.



El libro reúne mis columnas "Escripunturas", publicadas originalmente en el Suplemento Cultural Áncora, de La Nación, otros artículos periodísticos y algunos textos inéditos. Cuando aparecían las columnas en el diario, cada tres domingos, y luego el lunes o el martes o cualquier otro día recibía un correo electrónico de algún lector en el que me hacía un comentario personal, o crítico, o el que fuere, sentía un agradecimiento muy sincero y muy difícil de explicar. Porque tomarse el tiempo, tras leer un texto breve en un diario, para contestarle o contarle algo al autor de ese texto, aparte de extender el texto mismo, es un gesto, para mí, de desprendimiento y de inteligencia. Entraña, o expresa, una de las ideas fundamentales -al mismo tiempo- de la literatura y la democracia: uno, alguien, se expresa públicamente; y otro, que lee al primero, contesta, replica, dialoga. En nuestros días este proceso se facilita y enriquece gracias al correo electrónico y las redes sociales en línea.

Buena parte de los textos incluidos en el libro se ocupan de explorar esa rara frontera entre uno y uno mismo, entre uno y los otros; y "rara" porque nunca está claramente definida, aun si de muchísimas formas se nos quiere hacer creer lo contrario. La escritura, sea en ensayos periodísticos, novelas o poemarios, cumple entre otras funciones la de acercar a personas anónimas que de otra forma jamás entrarían en contacto; e incluso pone en contacto a una persona cualquiera con otras versiones de sí misma.

En alguna página de este librito escribo lo siguiente:

Me parece que la literatura –más, pues, que la religión, la filosofía o la ciencia– es el producto humano que mejor muestra y pone ya en acto esa fuerza moral de la racionalidad humana, su posible –pero no siempre efectiva– sabiduría moral, es decir, esa posibilidad de dar razones y conversar y contrastar y decidir sobre diversas maneras de pensar y de actuar y sobre la necesidad de que haya el derecho de hacerlo de maneras diferentes, sin que haya una culminación en algo definitivo. O bien: que muestra la diversidad humana en su complejidad contextual, y que esa diversidad puede coexistir sin tener que convergir en una sola razón triunfante. Más aún: es en la literatura universal –y precisamente por esto lo es– donde mejor se muestra que, atravesando todas nuestras diferencias, hay una veta de igualdad que une a todos los seres humanos.

En un sentido ideal, la escritura nos acerca sin que medie en ello ningún poder más que el de la sugerencia, el de la seducción de las palabras y las imágenes y las ideas. Sueño una especie de democracia por venir donde las personas se lean unas a otras y, por eso mismo, lejos de cualquier exhibicionismo o cualquier egoísmo, se conozcan y se desconozcan mutuamente y comprendan que a través de todas nuestras diferencias siempre hay y habrá muchos hilos comunes: son el tejido de una sola humanidad.

Estos son algunos de los temas que me acosaron durante algún tiempo y a veces todavía lo hacen. Algunas reflexiones al respecto quedan en las páginas de este libro; estoy y estaré agradecido con los lectores que pueda llegar a tener.

Esta es la contraportada (clic para ampliar):



Dejo aquí el índice.

Y acá una brevísima muestra del libro: "Escribir, la propia voz".

El libro se puede adquirir en la Librería Universitaria de la UCR. (Envío internacional disponible para pedidos hechos en línea.)

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26 nov 2009

que venga el cambio climático

La actitud más común ante el cambio climático actual es de alarma y pánico. Para muchos, la presencia de escenarios apocalípticos en películas y noticieros es una especie de ritual cotidiano. No sé si masoquismo, simplemente, o una manera visual de afianzar mentalidades religiosas, o ambas cosas.

Por otro lado hay muchísimos estudios y perspectivas, algunas, incluso, alentadoras, acerca de cómo enfrentar el calentamiento global de manera "adaptativa" para que no se convierta verdaderamente en una amenaza para la humanidad. La Tierra ha vivido durante su historia grandes cambios climáticos una y otra vez, sucesiones de tiempos más cálidos y eras glaciales; y ha vivido cambios catastróficos como -entre los más notorios- la extinción masiva de los dinosaurios.

Los debates son acalorados entre quienes creen en el calentamiento global y lo consideran producto de la actividad industrial humana, y quienes, por el contrario, son escépticos al respecto de las consecuencias supuestamente nefastas que según aquellos nos esperan a la vuelta de pocos años.

Hay países enteros, así como grandes corporaciones, detrás de cada argumento; hay científicos subvencionados por esos países y corporaciones; y no es pues de extrañar que existan hoy día evidencias científicas en apoyo de uno y otro bando. Una gran cantidad de expertos, por ejemplo, arguye más bien que dentro de poco empezará un nuevo período glacial y que las pesadillas anticipadas por el calentamiento global no llegarán a hacerse realidad. (En Wikipedia hay una lista de los científicos -y sus principales argumentos- opuestos a las valoraciones más comunes sobre el calentamiento global.)

En fin... lo más problable es que este siglo no será el fin del mundo; lo cual no implica que haya que hacerse la vista gorda ante los problemas causados por el uso humano de los combustibles fósiles. La opción más sensata parece ser, por un lado, aceptar la irreversibilidad de algunos problemas actuales y, por otro lado, usar la mejor ciencia y tecnología para diseñar e implementar estrategias de adaptación que nos permitan seguir floreciendo en este planeta. Más o menos, esta es la perspectiva, honrada y no alarmista, de Spencer Reiss, de quien acabo de leer en Wired un muy breve texto que, no por breve, deja de ser preciso y sugerente: "Rising Tide. Face it: Climate change is inevitable. Luckily, we know how to adapt." Lo recomiendo.

Cito dos pasajes significativos del artículo:

"According to the National Oceanic and Atmospheric Administration, C02 that’s already in the air or in the pipeline will stoke “irreversible” warming for the next 1,000 years. Any scheme cobbled together in Copenhagen for slowing—forget reversing—the growth of greenhouse gases will be way too little, way too late. In the apt jargon of industry, a hotter planet is already “baked in.” James Lovelock, the British chemist who redubbed Mother Earth as “Gaia,” tells the ungilded truth: Can we hit a carbon Undo button? “Not a hope in hell.”

Now here’s some good news: We can still come out OK. Because by one of those strokes of luck that seem to follow the most charmed species on earth, climate change arrives just at the moment when we have—or have in sight—an array of tools for adapting and extending human civilization to any and every environment."

(...)

"Coastal communities, for example, will survive not because the world will somehow unite to stop sea levels from rising (it won’t). They’ll survive because they’ll learn to adapt—much as the Dutch have done since the Middle Ages.

Ditto the other supposed horsemen of the climate apocalypse. Drought? Check out Perth, on the edge of the Great Australian Desert, where more than a million people keep hydrated with seawater that’s been desalinated by wind power. Famine? Talk to the biotech wizards designing postindustrial crops for every microclimate (and, yes, palate). Plague? Getting real health care to the several billion people who lack it will be much better insurance against illness than wishful thinking about a Goldilocks climate. None of these are complete solutions—it’s the sum of all progress that will get us through."


El texto completo de Reiss en Wired.

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25 nov 2009

Lee Smolin: Ciencia y democracia

Colaboré con TED en la traducción y subtitulado de la charla "On Science and Democracy", de Lee Smolin.

Lee Smolin, físico teórico, es uno de los fundadores del Perimeter Institute for Theoretical Physics. En esta charla habla acerca de algunas relaciones entre las visiones científicas del cosmos y las realidades políticas que construimos y habitamos. El funcionamiento de la ciencia actúa como una suerte de modelo para la democracia. De acuerdo con Smolin, la nueva visión física y biológica del universo y de la vida que se está gestando en la actualidad producirá a su vez una nueva estructura política que sustituirá las jerarquías medievales y los absolutos modernos, newtonianos y lockeanos, por redes de relaciones descentralizadas y procesos de autoorganización. Los invito a escucharlo:




Palabras de Smolin en una entrevista:

"–¿Ser físico teórico le permite jugar a filosofar de vez en cuando?
–Eso es una de las cosas que más me gustan de mi profesión. Algunos aspectos que antes pertenecían a la filosofía hoy han pasado al campo de la física. Por ejemplo, el espacio y el tiempo. En el fondo, los científicos somos gente con suerte: podemos jugar a lo que queramos durante toda la vida.

–¿Y usted es de los que creen en el matrimonio entre ciencia y filosofía?
–No sé si seré demasiado optimista, pero creo que la filosofía natural está renaciendo con base en tres principios que pueden aplicarse a todas las cosas: la evolución, la complejidad y la autoorganización. Todavía hay muchos humanistas que se enredan en la herencia de Nietzsche y crean cosmovisiones agonizantes y pesimistas. Pero lo que podemos aprender de la nueva ciencia y de la nueva filosofía es que el mundo no se va a acabar pronto, que todo evoluciona a mejor, que el siglo XXI va a ser una época- extraordinaria."


Más info sobre Lee Smolin y sus teorías:


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6 nov 2009

Gregory Stock: Mejorarnos es humano

Revisé y edité la traducción al español de la charla "To upgrade is human", de Gregory Stock, en TED (traducida por Emma Gon).

El Dr. Stock, Ph.D. en biofísica, es también experto en ética de la biotecnología. Aquí habla un poco acerca de las nuevas tecnologías genéticas y de cómo cambiarán lo que significa ser humano. Un par de sus libros son controvertidos, pero esperanzadores:


Su visión del futuro humano es optimista y alentadora. Para él, es inevitable que los seres humanos nos modificaremos genéticamente, interviniendo deliberadamente en nuestra evolución. A su juicio, será para nuestro bien. Los invito a escucharlo (pueden elegir los subtítulos en español en la parte inferior del video):




Más info acerca de Gregory Stock y temas relacionados:

Página en UCLA
Perfil en Accelerating Future
Perfil en KurzweilAI
A reproductive revolution?
Francis Fukuyama vs Gregory Stock

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28 sept 2009

¿A cuánto el medio kilo de Coelho?

Ayer, en una librería, estuve ojeando libros al lado de una pareja que parecía querer elegir un libro con base en su grosor.

Él: “¿este te gusta?”

Ella, mirando apenas de reojo la portada: “Puede ser, algo como de ese grueso está bien.”

Ella sacaba libros rápidamente de los estantes, los sostenía un segundo en la mano y los devolvía al estante. Estaban en la sección de “literatura latinoamericana”, lo cual, en ciertas librerías, se reduce a Paulo Coelho, Isabel Allende, García Márquez, Vargas Llosa, Cortázar y con suerte alguna cosa de Bolaño y punto. Los compradores de marras parecían no reparar en que 200 páginas de Coelho no serían equivalentes a 200 páginas de Bolaño, pero perseveraban y sopesaban...

Los reencontré con varios volúmenes en la mano acercándose a la caja. Quedé detrás de ellos en la fila. Quise fisgonear cuáles obras habían elegido, pero me despisté un instante y no logré verlas más allá de toda duda. Me dio la impresión, por los colores y el diseño, que, como era de esperar, eran del supersuperventas brasileño. Imaginé, con una sonrisita privada, que seguramente habían preguntado cuál era el precio por kilo...

Por mi parte, elegí un par de textos de Amos Oz, premio Asturias y candidato al Nobel de este año, que ya coloqué ordenadamente en mi cola de lectura. Aparte de mis dos nuevas adquisiciones, Contra el fanatismo y Mi querido Mijael, voy por la mitad de El mismo mar y, aparte de algunos pormenores poco felices de estilo y alguna rigidez en el ritmo, aspectos que achaco a problemas de traducción, el texto me va gustando y el autor, a quien no había leído antes, empieza a interesarme. Veré.

Luego había que pasar al súper por huevos y tortillas y quesito y demás viandas para el desayuno. Éramos de los últimos, 9:03 p.m., y solo una caja quedaba abierta.

Empezamos a pasar las cosas del carrito a la banda transportadora y tras dos o tres artículos reparé en que el par de tipos que nos seguían en la fila no quitaban la vista de todo lo que llevábamos. Una a una, estudiaban fijamente nuestras compras, una lata de frijoles molidos, tres latitas de pulpo, una sandia, bananos, tomates, cebollas, leche, quesos, tortillas...

¿Qué diablos puede tener de llamativo ver con tanto interés las latas y las verduras de los otros compradores? Además, eran de esas personas pesaditas que se te pegan a la espalda y te empujan el carrito y empiezan a poner sus cosas en la banda antes de que uno haya terminado con las suyas. Confieso que esas maneras me ofuscan así que simplemente apuré el ritmo para que pudiéramos largarnos cuanto antes.

Caminando hacia el parqueo, me vino de repente esta pregunta: “¿No era yo uno de ellos antes, en la librería, viendo y pensando morbosa y sardónicamente en los libros-por-kilo que comprarían la pareja de tórtolos?” Tal vez ellos veían mis tomates pensando que eran tomates Coelho y los suyos tomates Bolaño. O mis latitas de pulpo marca nacional no tenían punto de comparación con sus bonitos del norte de cinco mil colones la lata. O quizá la preferencia mía y de mi esposa por el queso Turrialba les hacía relamerse al imaginar su emmenthaler importado con trozos de pan de centeno alemán... Teníamos a nuestro favor que sí podíamos pesar el queso, medio kilo, ¿pero no tenían ellos a su favor copiar en su mirada la misma mirada mía de la librería?

Pensé finalmente que quizá no tenía yo ningún derecho a juzgar medio kilo de Coelho como si fuese medio kilo de tomates mal escogidos, semipodridos o reventados....

No estoy seguro de la respuesta y por eso la sigo meditando.

¿En qué momento se hizo tan complicado salir a hacer un par de comprillas un domingo por la tarde?

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