10 ene 2008

definiciones aleatorias

Aburrimiento. Entre los seres humanos, las “pasiones negativas” parecen ser pozos profundos, abismos submarinos; en cambio, la felicidad, la satisfacción, son como plataformas sólidas, firmes bajo un sol radiante: su transparencia y seguridad, aunque deseadas y agradecidas y celebradas… ¿no llegan siempre a aburrir? Y probablemente nada invita más a la aventura, al descomedimiento, incluso a la perversión, que el aburrimiento.

Futuro. Cada época imagina varias posibilidades de transformación. Algunas personas inteligentes y otras poderosas –generalmente no son las mismas personas– prevén esos posibles escenarios de transformación y escriben, cantan, hacen discursos o aparatos coherentes con lo que creen e imaginan y desean. Es decir, no solo prevén sino que producen o lo intentan, a veces incluso sin darse cuenta: ayudan a dar realidad a sus posibilidades imaginadas. Luego las personas y los países toman decisiones. Y seguramente se actualiza la idea/época futura que más adherentes haya ido ganando, es decir, con más poder de convencimiento y convocatoria. El futuro es el resultado de las ideas y prácticas con mejor publicidad sobre el futuro en el presente. En fin: el futuro es asunto de retórica (y, bueno, de cierto grado de azar...).

Idealismo. Desde cierta perspectiva, ser idealista es, simplemente, oponerse a la naturaleza humana. Y, en primer lugar, oponerse a que exista. Sobra decir que esta insistencia en que NO exista parece más bien parte de la misma naturaleza humana, de su evolución, de su evidente materialidad. Lo cual no impide que, en efecto, podamos transformamos a lo largo de los siglos y los siglos.

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3 comentarios:

Ana dijo...

Leyendo la primera parte de lo que escribiste del Futuro me acuerdo de mi profesor de dibujo que nos repite hasta el cansancio que dibujemos todos los pensamientos que nos llevan al dibujo final, cualquier línea de acción o decisión debería quedar plasmada en el papel como concreto y así revisar el proceso.
Probablemente si tuviéramos nuestras creencias, imaginarios y deseos más "plasmados en el papel" se volverían más realidad.

pezenseco dijo...

Ana, quizá, pero también correría uno el riesgo de pretender posible programarlo todo de antemano, como si no existiera azar y sorpresa, y creo que siempre (dichosamente) habrá azar y sorpresa que se meta entre los planes del futuro en el presente.

Ana dijo...

Sí, tenés razón, pero al azar y la sorpresa no hay nada que los venza; entonces quedaría en la lucidez de cada uno de no pretender más de lo que se nos permite... algo así es lo que estoy pensando (más o menos claro)