3 jun 2009

viaje

Había olvidado que el sentido de la escritura es el mismo que el del viaje: perderse a sí para reencontrarse, en otros y con otros, hacerse otro; es decir, no dejar de vivir, de querer vivir; o bien: conocer lo humano y el mundo, lo infinito, la posibilidad de ver emerger en uno mismo la idea de infinito.

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3 comentarios:

Ana dijo...

Siento lo mismo, en mi caso se me ocurre pensar en escritura más merecedora que otra... Termino privándome de ambas.

cristian dijo...

me encantaría que viajar, fuera tan "sencillo" como perderse en las palabras.

un saludo.

pezenseco dijo...

Cristian, también a veces es complicadísimo perderse en las palabras, digo, a veces algunos libros lo pierden a uno de tal manera que la vida entera parece de pronto fuera de lugar... Lo otro, pues claro, si el tiquete de avión costara como un pasaje de bus...

Y por qué, Ana, te privás de ambas? O tal vez no te sigo en cuáles dos.